“¡Villanova cómete el pollo!”
ó la Belén Esteban “for alcaldesa” de Alhaurín
En diciembre de 2009 se me ocurrió lo que parecía un desvarío mental producto de algún alucinógeno en forma de setas secas o algo así. Tan secas como mi cerebro para inventar semejante historia. Y lo que parecía un desvarío, se ha convertido en realidad: si Belén Esteban formara su propio partido político conseguiría un 7% de los votos a nivel nacional y al menos 5 diputados, pudiendo conseguir un ministerio para ella si como parece pudiera llegar a ser la llave del Gobierno del Estado de España. En Cataluña, CIU tendría que negociar con ella para formar gobierno.
¿Estamos definitivamente locos los españoles?. No lo sé pero aquí les dejo el escrito tragico-cómico que parí en diciembre. Siempre me han dicho que soy un poco brujo…
“¡Villanova cómete el pollo!”
ó la Belén Esteban “for alcaldesa” de Alhaurín
En la reunión celebrada ayer en el hotel Cortijo Chico de Alhaurín de la Torre, 
a la que asistieron todos los partidos de la oposición, se pusieron sobre la mesa los distintos puntos de vista de los diferentes grupos a fin de consensuar una candidatura de consenso que permitiera echar de la alcaldía a Joaquín Villanova como candidato vitalicio y perpetuo del Partido Popular. Estaban allí el PSOE, con su diputacionadísima Patricia Alba; los de IU, con la desaparecida en combate Mercedes Avila; la UPyD con su también cuasi desaparecido en combate Ramón Guanter; y los de ERES, con el aparejador Juan Manuel Mancebo y la salsa de todos los guisos Manolo Porcel pululeando alrededor como un satélite artificial. La reunión comenzó a las siete de la tarde y lo que empezó como el Gran Hermano el día de su estreno, todo saluditos y besitos por doquier, “¡que bueno eres, qué guapa estás!”, acabó como el mismísimo Rosario de la Aurora: Uno: “¡Bruja!. ¡Sólo quieres cobrar sin trabajar!”. Otro: “¿Y tú?. ¿Quién te paga a tí?”. El de la moto: “¡Ya veréis, os vamos a quitar a vuestros votantes!. ¡Nosotros somos la alternativa…!”. Cada cual arrimaba las ascuas a su sardina y cada partido quería colocar a su ¿líder? ó ¿lideresa? natural como cabeza de cartel, para el partido resultante del conglomerado de grupos de la oposición allí reunidos contra Joaquín. La asamblea parlamentaria fué derivando hacia temas personales. Que si el bigote de Rafael restaba votos, que si había que ponerle las gafas otra vez a
Guanter porque no se le ven los ojos en las nuevas instantáneas, que si ERES no tenía dinero para hacerle fotos en color a Mancebo, que si G
alán Palmero, a la sazón jefe virtual de IU debería hacerse un implante de pelo en bien del nuevo conglomerado supra-ideológico y des-ideologizado que allí se estaba gestando…
Y en todo ello estaban cuando se acercó la media noche. Se habían tomado todo el café del Cortijo Chico. Las reservas de alcohol temblaban. Al principio se prohibió el tabaco, pero finalmente hubo que aceptarlo, por aquello de los nervios, y la sala parecía un fumadero de opio. Manolo Porcel levitaba dando vueltas sobre todos los presentes. Allí era imposible llegar a un consenso. Las ojeras hacían mella entre los asistentes al evento. Parecía que Joaquín no tenía alternativa. Se iba a salir de nuevo con la suya. La batalla estaba perdida. Eran las once y pico de la noche. No tenían candidato consensuado y nadie quería llamar a
Roque Manchado para poner orden. Allí se mascaba la tragedia…
Pero alguien miró a la pantalla de plasma de la pared y vio a una rubia sin ojeras y con la nariz operada pero torcida, dando un corte de mangas a la cámara. “¡¡¡¡¡Sssshhhhhhhhhh!!!. ¡Callaros un momento!”, dijo ese alguien embobado por la imagen. El director del Hotel Cortijo cogió el mando y elevó el audio. “Ahora ya le puedo decir al padre de la Campa que ¡toma corte de mangas!. ¡A ver si se mete ahora con mi nariz!.
Y ya está bien de tanto politicastro que sólo está para decir…¡¡¡me lo llevo!!!. ¡El que manda es el pueblo!. ¡El pueblo!”. Belén Esteban estaba pletórica, henchida, con una autoestima de la repera tras su operación multi-plástica en la cara, que no en el cerebro. Los espectadores asistentes en directo al programa aplaudieron como locos. Unos aplausos que se contagiaron rápidamente a los asistentes a la reunión de El Cortijo Chico, que ovacionaron a la Esteban emocionados también por semejante alarde de populacherismo funcional.
Y de repente… se hizo el silencio en la sala. Todos se miraron expectantes. Nadie se atrevía a hablar. Pero al final, el más ideólogo del grupo,
Mancebo, se atrevió a sentenciar lo que todos estaban ya pensando: “¡Señores, habemus papam!. La candidata es… ¡Belén Esteban!…”. ¡Aquello fué la repanocha!. Todos gritaban alborozados, todos se besaban, se abrazaban, tiraban confetis, abrían botellas de champaña, hasta Mercedes Avila reía espasmódicamente como si tuviera el baile de San Vito. ¡Habían acabado el puzzle!. ¡Habían encontrado la verdadera alternativa a Joaquín Villanova!. ¡La ideóloga populachera que arrasaría en las urnas!. Sólo su imagen valía más que mil palabras. Y ahora que se había operado, más… ¡Que lo iguale Joaquín si puede!. Pasearían a la Esteban por las barriadas laurinas en olor de multitudes. Su marido Fran y Jorge Javier Vázquez vendrían de teloneros a los mítines.
Karmele Marchante podría presentarse a concejala de Cultura. Lidia Lozano estaría estupenda frente a la Policía Local. La Milá podría sustituir a Luís Bravo en el negociado de ACV,
“Asuntos Carroñeros Varios”. Ya no habría que cerrar la Fundación como quiere Guanter. Bastaría con reconvertirla para que siguiera repartiendo dinero sucio a través del nuevo negociado de “Asuntos Suciales”: para viajes de trabajo a los que se apuntaría toda la Corporación en pleno, reparto de bolsas ecológicas con la imagen de la nueva musa política de Alhaurín… Tendríamos a toda la prensa rosa en el pueblo esperando a la Esteban, la nueva alcaldesa, en la plaza de San Sebastián. Vendría mogollón de gente, ríete tú del “recorrido de las tapas” de Montesinos. El alcalde de Málaga dejaría el soterramiento de las vías para venir a hacerse la foto con nuestra alcaldesa. El de Torremolinos que le gustan más las folklóricas que la pipa a un indio, vendría con Marujita Díaz a tomarse una tapita y a bailar un tango con la setentona de “Tú si que vales”, que debe se de su quinta. Hasta el presidente de la Diputación bailaría con su asesora
Patricia Alba. “¡Es genial!”, dijo Mancebo. “¡Genial!”, gritaron todos. “¡Tenemos el éxito asegurado!”, dijo Mancebo. “¡Asegurado!”, gritaron todos al unísono. Luego se agarraron de la mano, hicieron un círculo alrededor de la mesa y cantaron un gracias Señor arrancándose con un Gospel gitanizado. Manolo Porcel palmeaba hipnotizado sobrevolando la Coral: “¡Paz y amor. Flower power!”. ¡Lo habían conseguido!.
Y para celebrarlo, pidieron cochinillo asado, cordero, chuletones y salmón, todo ello regado con los mejores caldos, para finalizar con el coñac más glamuroso del Hotel Cortijo Chico. ¡No era cuestión de racanear en su primera cena institucional como nueva fuerza política ganadora!. Naturalmente pusieron la cuenta final… “a cuenta” del nuevo ayuntamiento, que sería pagada en cuanto pasaran las elecciones y obtuvieran el Poder, “¡Viva la Esteban!”.
Acabados los postres y onnubilados un tanto por los efluvios etílicos, mandaron a Porcel a llamar al representante de la Esteban con la orden: “Lo que quiera, como quiera y donde quiera”. Esa chica es una mina, una joya en bruto que llega al corazón de la gente, ¡más ahora que está operada!. Porcel salió revoloteando de la sala y se metió en la cabina telefónica para que no hubiera ruidos a su alrededor. La negociación iba a ser dura.
En la sala, todos bailaban batuca y “house” como si de una tribu africana se tratase en una ceremonia ritual.
Mercedes Avila con los ojos desencajados -seguramente por la interacción de los medicamentos de su baja con el café- agarraba a Mancebo: “!Que te vengas a IU, leches!, ¡que te vengas!”. Y Mancebo zafándose de las garras de la “Mantis Religiosa” repetía aterrorizado: “¡Aparta de mí esta tentación Señor!”. Aquello era toda una orgía política. Socialistas, comunistas, peperos, ultra-peperos… todos revueltos contra Jaoquín. ¡Por fin lo iban a conseguir!…
Pero poco les duró la victoria.
Un zumbido más bien lúgubre llegó a sus oídos: Porcel llegaba con Fedrico Ortega, ambos con la cara angustiada, mortecina, descompuesta. “Señores -dijo Porcel- hemos hablado con la Esteban”. “¡¡¡Oooohhhhhhh!!!”, se escuchó balando (dando balidos, suspirando) todos al unísono. Porcel continuó con la voz entrecortada: “La Esteban me acaba de comunicar que no va a ser posible su candidatura”. “¡¡¡Aaaahhhhhh!!!”, balaron todos de nuevo. “Dice la Esteban que no puede venir -lloriqueó Porcel sin poder contener la emoción que le embargaba- ¡que le ha propuesto el PP sustituir a Rajoy en la próximas Elecciones Generales!”…
“¡¡¡Buuuaaaaaaaaaaaaaa!!!. ¡Jopé!, ¡Coño!, ¡Cáchis!”… Todos aullaron como niños sin juguete. Las lágrimas corrían por el suelo. Se daban golpes de pecho. Se rasgaban las vestiduras… “¡Cuatro años más de oposición!. ¿Quién coño aguanta eso aparte del PSOE?. ¡Nadie!”, se escuchó a alguien sollozando. Todo eran llantos y crujir de dientes…
¡Qué exagerado eres, Juan Carlos!, pensarán algunos lectores. Pues no, no soy exagerado. Yo estaba en la sala de al lado… ¡Y fuí yo el que llamó al PP y les dio la idea para las Generales!. Lo ví claro en cuanto bajó la nueva Esteban por la escalerilla del Sálvame de Luxe. “¡¡¡La Esteban for presidenta!!!”, me dije. Y del dicho al hecho, poco trecho.
Nota del autor: pasados poco más de dos años, la Esteban arrasó en las Generales con quince millones de votos. Jorge Javier Vázquez es el nuevo ministro de Cultura y
el Risitas, de Exteriores. Nadie echó de menos al Desatinos. Un año antes, Joaquín Villanova arrasó en Alhaurín de la Torre, con el voto desgajado entre tanto partido minoritario y los índices destrozados por la Ley D´Hont. El PP sacó dos concejales más, IU desapareció y el resto se lo repartieron como buenos hermanos entre el PSOE, UPyD y ERES.
Y todos cantaron felices la canción de José María Napoleón:
ERES, por tu forma de ser conmigo lo que más quiero…
ERES, mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo…
ERES, agua fresca donde se calma la sed que tengo…
ERES, el abrazo donde se acuna mi sentimiento…
ERES, el regreso que cada vez más y más deseo…
ERES, la respuesta que no encontraba entre mi silencio…
ERES, mi ternura mi paz mi tiempo mi amor mi dueño…
ERES, lo que tanto quise tener y que en ti yo encuentro..
Coro:
UPyD, y otras cosas que compartimos como un secreto…
UPyD, para andar entregándonos sin temores lo que tenemos…
UPyD, dulce amor que llegaste a mi como un viento nuevo…
UPyD, que callamos para vivir cuando llegue el tiempo…
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